El ondol (온돌;溫突), también conocido como goodle (구들) o banggoodle (방구들), es un sistema de calefacción por suelo radiante que ha mantenido calientes las casas tradicionales de Corea durante miles de años. Aunque se han encontrado estructuras arquitectónicas similares para sistemas de calefacción situados bajo el suelo en distintas partes del mundo, incluidas las ruinas del Imperio Romano, el intrincado sistema del ondol de Corea es único y está bien conservado.
Se cree que el ondol se originó en la Edad de Bronce (900 a.C.-800 a.C.) y se desarrolló durante los Tres Reinos de Corea (57 a.C.-668 d.C.) para tener características similares a las que disfrutamos hoy. Esta es una estimación derivada por múltiples arquitectos de artefactos que se construyeron entre 200 a.C. y 0 a.C., lo que indica el uso generalizado del ondol de ladrillo y piedra en toda la península coreana. Existe la creencia generalizada de que el sistema se inventó para manipular el flujo de humo de las chimeneas en lugar de intentar utilizar el fuego real como fuente de calor directo, como la mayoría de los sistemas de calefacción occidentales.
El ondol original era eficiente desde el punto de vista energético, ya que solía reutilizar el calor de las chimeneas (agungi) de las cocinas tradicionales coreanas. El interior del agungi estaba conectado a una serie de canales, llamados gorae, que recorrían la parte inferior del suelo. Las puertas de acceso a los canales, llamadas bulmok, se construían de forma que la abertura no fuera demasiado grande para no provocar un desbordamiento de humo o permitir que el fuego se propagara, impidiendo al mismo tiempo el flujo de aire frío cuando el fuego estaba apagado. Las gorae estaban ligeramente inclinadas para que el humo se dirigiera lentamente hacia la chimenea que asomaba por el otro extremo de la habitación. La cuidadosa construcción de los canales impedía que el humo escapara rápidamente, lo que permitía que la habitación se mantuviera caliente incluso después de apagar el fuego. Las piedras y ladrillos que encerraban el sistema de calefacción retenían gran parte del calor. Se rumorea que un excepcional sistema de ondol en un templo de Hadong mantuvo la habitación caliente meses después de apagarse el fuego. Sin embargo, el sistema de calefacción del templo se destruyó con el paso de los años y ha sido imposible validar el rumor.
El sistema de calefacción ondol creó beneficios adicionales para las casas tradicionales. Las gorae que corrían bajo la casa canalizando continuamente el humo caliente hacían que el ambiente bajo las casas fuera inhabitable para ratas e insectos. El sistema también mantenía a los bichos alejados de los árboles del jardín y evitaba que las hormigas dañaran la estructura de madera de la casa durante el invierno, ya que las pequeñas cantidades de humo que escapaban por el canal a través del suelo actuaban como control de plagas.
Además, al calentar el suelo, los coreanos también obtenían diversos beneficios para la salud. Como dicta la regla de la termodinámica, el aire del interior de la habitación circulaba de forma natural, ya que el aire calentado por el suelo caliente se desplazaba hacia arriba y el aire frío hacia abajo. Como la gente dormía en el suelo, el calor aumentaba la circulación sanguínea en piernas y espalda. Algunos incluso afirman que los sistemas ondol tienen los mismos beneficios para la salud que las saunas finlandesas y las termas japonesas, y son muy similares en cuanto a ayudar a la gente a soportar los duros inviernos.
Aunque los ondol tradicionales escasean hoy en día, todavía se puede experimentar el calor del suelo y la brisa fresca en la punta de la nariz si se decide alojarse en varios templos, hanoks tradicionales o incluso algunos hoteles. La mayoría de los edificios y casas modernos de Corea siguen usando un método de calefacción similar al ondol. Hoy en día, se instalan tuberías de agua caliente bajo el suelo para calentar las habitaciones en lugar de una chimenea y canales para el humo.
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